Adaptando el famoso dicho relacionado con Roma, una marca no se construye en un día. Las grandes empresas que hoy en día conocemos cuando pensamos en un producto, una sintonía o, incluso, un color, llevan detrás años de duro trabajo y, sobre todo, una estrategia sólida de marketing y comunicación. Aunque el producto o el servicio que les ha llevado hasta ahí tiene su cuota innegable de importancia, la publicidad es el punto diferencial que les ha mantenido ahí en la mente de cada consumidor.
En la era digital, la accesibilidad de las marcas con el usuario ha aumentado notablemente, ya que los prohibitivos costes de los grandes medios de comunicación ahora pueden ser sustituidos por ingeniosas y rentables campañas en redes sociales. Sin embargo, el camino aún para construir una gran marca gracias a las nuevas tecnologías queda lejano, pero podemos ir poniendo los cimientos y posicionándonos bien de cara a un futuro más o menos próximo.
La originalidad como fórmula del éxito
Una marca consigue granjearse una fama y una reputación gracias a que el público la visualiza como una referencia. Y eso no se produce por arte de magia. Para ello, se ha producido un profundo trabajo detrás basado en análisis del mercado y marketing, unido a la implementación de una estrategia publicitaria ambiciosa que ha ido haciendo mella en el consumidor, algo a lo que obligatoriamente también se tiene que unir la prestación de un servicio o el desarrollo de un producto diferencial. Anteriormente, bastaban grandes campañas televisivas, como ese anuncio de navidad de Coca-Cola o la mítica campaña de verano de la ONCE que todo el mundo esperaba año tras año. Ya fuera con comerciales más emotivos o simplemente muy virales, cumplían a la perfección su objetivo. Ahora hace falta mucho más.
Gracias a internet, esta importancia de la originalidad se vuelve mucho más importante. La creación de contenidos propios es un componente que agencias de publicidad y departamentos de comunicación se han cansado de repetir a las empresas durante tantos años. Hace algunos años, este hecho estaba principalmente vinculado al SEO, cuyo contenido único e interesante es uno de los principales condicionantes para posicionar una página web según un concepto o palabra clave.
No obstante, con la llegada de las redes sociales esta ambición por el contenido original ha ido un paso más allá, ya que el material audiovisual también es un plus por el que la marca gana en imagen y en reputación digital. El marketing de contenidos ha alcanzado de la mano de plataformas de vídeo y sociales una nueva dimensión, ya que no solo el objetivo de esta radica en un lead o conversión final, sino que le da un valor añadido a la marca que la diferencia del resto.
Esta estrategia es solo una pata del conocido como inbound marketing, una de las técnicas publicitarias más usadas por las grandes empresas. Planificar, crear, distribuir y medir: un ciclo de cuatro pasos constante que a buen seguro le hará dar a tu empresa un salto de calidad muy importante.
Apostar por las nuevas narrativas
Hemos explicado antes que el contenido original y de calidad es el mejor valor para tu marca, pero no solo vale qué cuentes, sino cómo lo cuentes. Las nuevas narrativas también juegan un papel fundamental a la hora de construir una estrategia sólida. El transmedia, por ejemplo, es una estrategia que pone en valor cada una de las diferentes plataformas disponibles para sacar provecho de los puntos fuertes de cada una de ellas y elaborar una historia lo más completa posible, poniendo a su vez en valor cada una de estas herramientas.
De esta forma, una simple historia que contamos en un post de nuestro blog podemos completarlo con fotos relacionadas, un vídeo de un suceso similar relacionado o, incluso, un podcast con una entrevista a alguno de los protagonistas de dicha historia. Todo esto, unido a la inmediatez de las redes sociales, nos ayudan a crear un relato completo de acuerdo a lo que necesitamos.
El storytelling es otro de los grandes argumentos del marketing para que la marca traspase la barrera de lo convencional para despertar las emociones del cliente. Esa conexión que creamos con el usuario es la que termina siendo diferencial para que este termine reconociendo la identidad propia de nuestra empresa. Depende del público al que te dirijas y del objetivo que pretendas, debes adaptar el tipo de historia que quieras contar: más emocional o corporativa, ficción o real…
Estos son solo algunos recursos y argumentos para crear una marca fuerte tanto a nivel digital como analógico y mejorar tu reputación con respecto a tu competencia. Si estás decidido a dar el paso para ello, desde nuestra agencia de publicidad podrás contar con nuestro versátil equipo de estrategia y creatividad para que nos cuentes hasta dónde quieres llegar para que podamos ayudarte.